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Colectivo de Fotografía de Fuengirola

Crines de Doñana, de Juan Durán Cabral

El viernes 8 de noviembre de 2024 inauguramos en nuestra sede la exposición "Crines de Doñana", de Juan Durán Cabral, miembro de la Agrupación Fotográfica Jerezana San Dionisio.

La exposición cuenta la historia del traslado, que hacen los almonteños cada 26 de junio, de los caballos que han estado semisalvajes en el Coto de Doñana, hasta el pueblo de Almonte.

Previamente han estado durante una semana reuniéndolos.

Este traslado es a través de las arenas y pinares del Coto. El motivo es celebrar el 29 de junio la festividad de San Pedro, la fiesta mayor del pueblo.

Además, realizan las labores de pelado y cuidado de los caballos, y llevan a cabo una subasta de los potros. Este evento se denomina la “SACA DE YEGUAS”.

Breve historia de la Saca de Yeguas

La Saca de las Yeguas es una de las tradiciones más emblemáticas del pueblo de Almonte. Aunque existen numerosas referencias históricas muy antiguas que atestiguan este evento como un acontecimiento ganadero ancestral, no es hasta 1504 cuando por medio de la Ordenanza del Duque de Medina Sidonia, Juan Alonso Pérez de Guzmán (1464-1507), se regulariza oficialmente.

En aquella ordenanza aparece la figura del “yegüerizo” y se establece que el ganado se mueva de los prados acotados al efecto hasta el pueblo de Almonte, coincidiendo con la festividad de San Pedro, Patrón del pueblo.

La razón de dicho acontecimiento era doble. Por un lado, la celebración de una feria de ganado con motivo de la festividad de San Pedro donde se vendían los potros y, por otro, la trilla en la que las yeguas funcionaban de molinos, en las eras, en las cobras o tirando del trillo para sacar el grano.

Así, desde hace siglos, cada 26 de junio los yegüerizos almonteños van en busca del ganado que ha permanecido pastando durante todo el año en distintos enclaves del Espacio Natural de Doñana para conducirlo hasta Almonte.

Para ello, los yegüerizos parten hacia la marisma dos días antes y tras una mágica noche marcada por la amistad, el encuentro, las charlas y las anécdotas de faenas pasadas, preparan la faena del día siguiente, y como no, bañados también por el buen vino y el cante. Se espera, con las voces rasgadas por el relente, los primeros rayos del sol para echar monturas y comenzar la recogida del ganado que se muestra reacio y rebelde, sin querer abandonar sus refugios.

El rodeo comienza desde muy temprano y finaliza al mediodía. Consiste en que los yegüerizos, con la ayuda de su vara o chivata, van uniendo las tropas dispersas que vienen de diferentes zonas o parajes como la Vera, Los Sotos, Veta La Arena, etc… Una vez reunidas en tropas manejables, son conducidas a una zona de marisma para hacer el gran rodeo y preparar su viaje hasta el pueblo.

De camino al pueblo atraviesan la Aldea y, a su paso por el Santuario de la Virgen del Rocío, los yegüerizos hacen una primera parada para ser bendecidos por el sacerdote y rezar una salve. Tras vivir uno de los momentos más bellos del recorrido, el ganado continúa su camino dejando atrás la aldea rociera. Al caer la tarde, antes de llegar al arroyo Santa María, cerca de los Olivarejos, se produce otra parada para descansar y organizar el ganado en tropas, preparativos previos para la espectacular entrada en el pueblo de Almonte. Se llega así al momento cumbre, donde las tropas son conducidas por los yegüerizos a través de las calles almonteñas. Naturaleza y civilización se funden regalándonos uno de los paisajes más singulares e impactantes que podamos ver.

El recorrido finaliza al llegar al Recinto Ganadero “Huerta La Cañada”. Allí dará comienzo una Feria Ganadera durante la cual se le realizan varias faenas tradicionales como la tusa, que consiste en cortar las crines y la cola o el herrado de los potros, con el fin de preparar el ganado para su venta.

Unos días después, las yeguas serán conducidas de nuevo a sus fincas de origen en el Espacio Natural de Doñana donde permanecerán hasta junio del año siguiente. Con estas faenas se mantiene uno de los usos y costumbres tradicionales de la zona de una forma singular y única que asombra al visitante por su rotunda y natural belleza.

En cuanto al origen de esta raza, el caballo marismeño se feminiza y generaliza pasando a denominarse Yegua Marismeña. Se trata de un ejemplar único por su morfología, de aquí que sea una especie y una raza autóctona de la zona. Las yeguas marismeñas suponen hoy en Almonte, además de la continuidad de un legado histórico, una marca de identidad llena de valor social y cultural. En la actualidad esta raza cuenta con más de mil ejemplares.

Fuentes: archivos Ayuntamiento de Almonte, Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño y artículo de prensa José Mª Martín Boixo

Imágenes de la inauguración en nuestra página de Facebook: